Impronta:El pulso de nuestra agenda

19.03.2021
elpilotoqueescribe
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Con esta nota busco ejercer un efecto gatillo para que nos despertemos de un letargo algunas veces autoinducido, pero muchas más dirigido. No debemos ser espectadores sino actores de nuestro propio destino.

Una nota fuerte, profunda, que hasta puede causar malestar.

Si logra pincharte por algún lado habré logrado mi objetivo.

Disfrutala...


La inmediatez nos renueva la agenda. Día a día. Un turno odontológico, un examen académico por venir. Ir a buscar un producto que dejamos para arreglar. Cosas simples, sencillas que nos ocupan el día a día. Que nos llenan la agenda y que debemos ir tachando en cada jornada.

Pequeños árboles que nos cubren el bosque. Enmiendas que vamos realizando sobre la marcha.

El resultado de estas pequeñas cotidianidades es que nos opacan el pensamiento, nos alejan de las reflexiones, queriendo cumplir satisfactoriamente con cada compromiso en agenda o auto impuesto. La autoimposición es muchas veces protagonista de esta falacia compulsiva.

¿Somos realmente racionales como se pregona? O solo útiles a un sistema, que desde los medios, o el gobierno de turno nos llenan de improntas, pensamientos y preocupaciones muchas veces alejadas de nuestro deseo.

El grupo de compañeros o amistades también ejercen su gravitación. Sobre todo a edades tempranas en dónde queremos agradar, formar parte. Quizás terminamos haciendo un deporte o una actividad que bien podría ser secundaria para nosotros. Pero ahí estamos jugando fútbol por mandato país o popular. ¿Quién no quiso probar béisbol alguna vez? Al menos yo, pero sucede que siempre estuve muy lejos de batear.

¿Cómo jugar al golf si es un deporte de las clases altas?

Sucede que esos mandatos tienen permisos. Ser exitoso o famoso otorga pasaportes especiales. El 'Diego' jugaba tenis y le gustaba verlo. 'Tévez' se anima a pegarle a la mini pelotita y recorrer el campo con 'caddy' incluído. ¿Sería factible si no se apellidara Tévez, o llevara 'Carlitos' en la remera de Boca? Seguramente no.

¿Quiénes somos para juzgar?

Pero este escritor ávido de lectura y nuevos conocimientos siente lejos los 'greens', por considerarlos de otra casta. Reservados para esos apellidos con linaje que muchas veces ilustran las principales calles porteñas.

¿Por qué damos licencias y nos auto excluimos a la vez?

¿Por qué tiene permitido un actor o deportista famoso pasearse en un Lamborghini o Ferrari con gran aprobación, y a la vez muchos insultarían a un 'NN' que se paseara en el mismo vehículo. La acusación sería que el dinero seguramente lo forjó al estilo 'Madoff' o se dedica a la política.

Volviendo a nuestro inicio, el día a día nos hace olvidar de lo verdaderamente importante. La familia, los afectos, el amor y su manifestación.

En la Argentina de hoy estamos 'atrapados' por el dólar, las causas judiciales, la inflación y la deuda. Durante el 2020 y lo que va del 2021 por la pandemia y sus efectos contundentes. Son agendas a las que somos llevados de las narices como indagaba la politóloga alemana 'Noelle Neumann' en su libro 'La espiral del silencio'. Marcan nuestro pulso, y nos alteran el armónico golpeteo del corazón, como la arritmia de un baterista desenfocado.

Debemos recordar tener nuestra propia agenda. La de las cosas importantes. El crecimiento de nuestros hijos, la compañía de nuestros adultos mayores. El rememorar viejas épocas sin perder de vista que vivimos en el presente.

Estamos adormecidos, con demasiados estímulos y muchas veces confundidos.

No dejemos que el día a día nos robe la profundidad, nuestros objetivos y placeres. Que las preocupaciones nos devoren. El tiempo pasa rápido. Es un abrir y cerrar de ojos.

Atesorá lo que más te gusta. Los pequeños momentos, que sin saberlo se transformarán en los grandes momentos de la vida.

No te olvides de ser dueño de vos mismo. No te subas a otros trenes. Los trenes ajenos, que pasan a gran velocidad y te pueden arrastrar, cuando en realidad poco tienen que ver con vos mismo. Es un acto de confianza, de creer. De elevarte por encima de tus semejantes.

No por casualidad elegí ser piloto. Ver todo chiquito desde arriba, insignificante me eleva cada día y me ayuda a ver que no somos más que un pequeño punto en este universo infinito que nunca nos olvidará, por ser cada uno de nosotros únicos, irrepetibles e irremplazables.

¡Uy!, me olvidé de ir a buscar los zapatos que mandé a cambiar la suela. Era hoy que es Jueves. Es cuestión de vida o muerte.

Me despido de ustedes. Voy tarde...

¿Tomaron nota?

Christian Carollo

@elpilotoqueescribe

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