Ganar a cualquier costo: 

08.06.2022

                                                   El caso Rafa Nadal

créditos a quién corresponda
créditos a quién corresponda

¿Es Rafa Nadal tan ganador que se vence a sí mismo?

Su última declaración de 'Perdería la final de Roland Garros" por estar sano da lugar a un análisis profundo. ¿Son estos deportistas de élite tan ganadores que se vencen a sí mismos, pagando con su propia salud?

¿Cuál es el límite verdadero? ¿O mejor dicho hasta dónde pueden presionar antes de romperse?

En mi opinión en función de una mentalidad excesivamente ganadora, que por momentos aplaudo, no se andan con medias tintas y arrastran en ese vendaval ganador a su propia salud.

Tenemos el caso extremo de Ronnie Coleman, el fisicoculturista más ganador de la historia que terminó con muletas y silla de ruedas cuando a simple vista era el modelo máximo de desarrollo muscular y superhombre. Tanto lo era que además de muscular era policía y ayudaba a combatir el crimen.

Hablando de otras latitudes se me vienen a la mente otros dos casos: el del futbolista Gabriel Omar Batistuta y el del tenista Gabriel Markus.

Después de romper las redes del 'Calcio' y agujerear arcos rivales con los colores de la albiceleste, es sabido que la potencia feroz de Batistuta lo dejó en un estado de dolor intolerable. Él mismo confesó que no se atrevía a ir hasta el baño por los dolores agudos que experimentaba cuando bajaba de la cama.

Otro caso es el del talentoso tenista Gabriel Markus, que después de un corte en un pie de manos del masajista por la rotura de la camilla y caer encima suyo jugó al día siguiente un partido de más de tres horas en Roland Garros apoyado en sólo una pierna y le terminó costando fracturas múltiples de fémur y demás. En este caso su control mental, dominio del dolor (relató en más de una oportunidad su alta tolerancia al dolor) y focalización por la práctica del yoga, terminaron marginándolo indefinidamente de la alta competencia a pesar de haber hecho todos los intentos posibles por volver a jugar sano. El único tenista argentino vencedor del gran 'Pete Sampras' se privó sin quererlo del alcanzar el top ten del ranking mundial y nos dejó a sus seguidores sin el placer de verlo en cancha como jugador (sólo como coach).

Unos ya retirados, otros todavía en actividad, someten al cuerpo humano hasta los límites o los sobrepasan, y terminando con consecuencias de por vida. No es para juzgar el hecho de que cada uno decide lo que quiere hacer con su cuerpo, pero muchas veces estos súper atletas mandan mensajes erróneos a la sociedad. Quizás el menos cuestionable y más azaroso sea el caso de Markus que en su afán de seguir avanzando en aquel Roland Garros en los 90's forzó inconscientemente su cuerpo al extremo sin medir las consecuencias. Pero los otros casos citados son un claro ejemplo del intento del hombre por convertirse en sobrehumano, cuando nadie realmente lo es, Recordemos que Batistuta era el máximo goleador de la selección nacional incluso por encima de 'El Diego' hasta el advenimiento de Lionel Messi.

Retomando el caso más reciente: ¿Qué mensaje transmite Nadal con su última conquista, su 14 Roland Garros?: un ejemplo de paciencia, superación, de tenis exquisito y sobre todo una mente súper poderosa, más fuerte que la de cualquier otro ser humano que haya decidido jamás empuñar una raqueta de tenis. Lamentablemente este ejemplo de deportista por dónde se lo mire: conducta, caballerosidad, familiero, buen chico (aunque ya tiene 36 y es grande) conlleva aparejado una serie de mensajes por lo bajo que quizás no estemos percibiendo claramente. Cuando se hace todos esos tratamientos con plasma, cuando juega infiltrado repetidas veces, cuando siente vidrios en su pecho por fisurarse una costilla, cuando habla de dolencias crónicas y se cuestiona poder hacer un deporte recreativo con sus amigos en un futuro cercano: ¿qué nos está queriendo decir? ¿Es más importante el éxito, los millones, los récords en el libro Guinness que su propia salud? ¿O será que estas mentes ganadoras son tan ganadoras que se terminan venciendo a sí mismos?

Yo creo humildemente que sí. Esa sensación de poder con todo, arrastra por lo bajo resultados tan preocupantes como quién con nada puede. Es decir que el éxito absoluto conlleva de la mano un riesgo tan alto como el de la propia salud, y la sociedad parece no tomar nota de ello. En su afán de construir su súper hombre se olvida de las consecuencias de ir más allá que la resistencia y tolerancia de la propia estructura física: tendones, músculos, huesos, etc. y parece sacrificar a sus ídolos en el afán de elevarlos aún más.

El superhombre no existe o si existiera conlleva destruirse a sí mismo en la búsqueda de más trofeos, gloria y dinero. Si no hubiera un estadio repleto aplaudiéndolo, o millones en el mundo esperando que gane una final más, él ya hubiera desistido de estas mega conquistas a sus 36 años. Pero el éxito y la gloria son el motor de estos 'gigantes' que arrasan consigo mismos como con sus rivales. Nadie les puede ganar, ni siquiera ellos mismos se pueden hacer frente.

El fin justifica los medios pregonaba Maquiavelo. En estos casos está más que justificado, ¿pero no es demasiado alto el precio que pagan por esos aplausos que los acompañarán hasta la eternidad?

Practicando el deporte blanco o el fisicoculturismo, deportes sin contacto al fin, terminan arriesgando tanto o más que un luchador de 'UFC' (el deporte más sangriento en estos días) que por ahí andan, vagando, apoyando sus dos piernas, y disfrutando mucho más que estos artistas que aplican pinceladas de talento a cada paso.

Una verdadera lástima. Como sociedad somos grandes culpables: dejemos de aplaudir por un momento y reduzcamos las recompensas; los convertiremos en seres más felices y sobre todo sanos.

Perdón Rafa, mis perdones, por tanto alabar tus conquistas.

Christian G. Carollo

@elpilotoqueescribe

El autor publicó tres novelas, artículos y notas en diversos medios argentinos.

Su última publicación 'La rueda' salió en diciembre de 2021.