Big three: La tríada del tenis moderno

Hablando con mi suegro que es un apasionado del tenis,
surgió el tema comúnmente conocido como el 'big three'.
¿A qué se refiere ese término? Los fanáticos deben saberlo, pero permítanme explicárselos y razonar con ustedes de este tópico.
Los tres mejores tenistas de los últimos quince años han sido sin dudas Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic en ese orden en mi humilde opinión.
¿Pero qué los diferencia del resto a estos super-atletas para llevarse entre ellos la mayor cantidad de torneos Grand Slams y Master 1000 como nunca antes había sucedido en la historia del tenis.
Roger Federer tiene por lejos la mejor técnica del circuito. Una técnica innata con movimientos coordinados con los que parece flotar en la cancha. Mucho se ha hablado de su postura de ballet, su poco esfuerzo para lograr grandes tiros y esa sensación que nos deja al mirarlo de que el tenis es fácil, muy fácil. Cualquiera que haya empuñado una raqueta alguna vez habrá advertido que el deporte blanco de fácil no tiene nada.
No me quiero detener en analizar si tanta facilidad y un don digno de un Dios (similar al de Maradona en el fútbol) le resta valoración. Porque aunque haya hecho esfuerzos de pequeño, y quizás aún los haga, está claro que nunca tuvo que transpirar la remera como Guillermo Vilas practicando 6 hs seguidas para ajustar su mejor tiro.
Para mí Roger es el mejor y punto.
En segundo lugar lo ubico a Rafael Nadal a quien tuve el placer de verlo jugar en una exhibición en Buenos Aires con Djokovic como 'partner'.
En vivo y en directo sus movimientos poco ortodoxos me gratificaron mucho más que en la pantalla. Puedo decir que es talentoso. Pero la mayor virtud que destaca en el manacorí es sin lugar a dudas su mentalidad ganadora. En eso es el número uno y lo será por mucho tiempo, ¿Quién puede ganar doce veces el mismo torneo? Nadie. Ni siquiera en el torneo interno de un club local. Nunca lo ví. Ahora pensemos que él ganó esa cantidad de veces 'Roland Garros' el torneo más importante del mundo sobre polvo de ladrillo.
Un ganador por naturaleza, forjado en los cimientos de una exigencia descomunal ejercida por su tío Tony Nadal, quien terminó convirtiéndolo en mi preferido como modelo mental a imitar.
El tercero en la ecuación es el serbio Novak Djokovic. Con una elasticidad digna del 'hombre elástico' y un carisma que lo llevó a bailar 'Gangnam Style' dentro de la cancha o imitar a María Sharapova hasta el cansancio, es sin duda un tenista por demás sólido, profesional, y que siempre tiene una bola más por jugar.
Es quizás su estilo especulador y contragolpeador el que lo lleva al fondo de mi tabla, ya que su tenis se hace menos vistoso y sus maratónicos partidos en oportunidades terminan por aburrir.
Vale resaltar que en base a estrategia y esfuerzo logró mantenerse no sólo en la cima del tenis mundial, sino liderar la lista en ganancias de toda la historia del tenis.
Ese jugador que no terminaba de explotar y perdía muchas finales al estilo 'Iván Lendl' se reinventó, cambió su alimentación al descubrir su celiaquía hoy mira al resto desde lo más alto y se anima a desafiar la cantidad de 20 Grand Slams que ostentan Roger y Rafa.
No quiero cerrar la nota sin dejar de mencionar a mi verdadero ídolo de la niñez, el sueco Björn Borg.
Un dios con su físico estilizado, sus melenas color oro, y su raqueta Donnay de madera que levitaba en sus manos.
El 'hombre de hielo' o 'Ice Borg' transmitía desde su pasividad la mentalidad de un ganador, un tipo sin sentimientos, impenetrable, indescifrable. Un atleta de excelencia.
Se retiró a sus 26 años pero me marcó para la eternidad.
Christian Carollo
@elpilotoqueescribe
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