Antoine y yo

A pesar de haber nacido 73 años antes (recordemos que nació en el 1900) comparto con Antoine la manera de sentir la aviación, pero sobre todo el gusto por las palabras.
Como dijo Bernard Marck (biógrafo), … "él tenía la posibilidad de embellecer una roca, llenar de metáforas el desierto y el vuelo".
En una época en dónde volar era sinónimo de libertad como lo es hoy, pero sin la certeza de regresar con vida.
Escribir durante la segunda guerra mundial, le dio a su pluma una avidez por expresarse descomunal, ya que escribía entre misión y misión, y antes llevando correos sobrevolando muchas veces zonas de sedición. Confinado en un espacio de 500 metros a la redonda en Cabo Juby (África), escribía sobre dos tablones como podía. Pero esa urgencia, esa sensación de finitud le dieron a sus palabras un peso y una fuerza inusitadas.
Con 40 años lo consideraban viejo para pilotear aviones militares y colaborar en la guerra. Lejos de la tranquilidad de una oficina, o contar historias en un bar (relató muchas) eligió estar ahí arriba rodeado de bombarderos y dedicándose a la tarea de fotografiar al enemigo y sus bases. Sí, podríamos decir que era una especie de espía.
Llevaba sus manuscritos en cada vuelo, en una valija de cuero y los cuidaba como el tesoro incalculable que después fueron, casi sin saberlo.
Recordemos que al mejor estilo Van Gogh, su éxito de "El principito" casi no lo pudo presenciar. Desapareció físicamente, solo un año después de su publicación.
Nos dejó un gran legado de pasión por el vuelo a pesar de todo obstáculo, y sus borradores y escritos volcados en forma de libros inspiraron a generación tras generación.
Christian Carollo, el pilotoqueescribe, retoma con su misma pasión el relato del avión, las vistas aéreas, la máquina y el hombre. En un imposible, transformarse algún día en el Saint Exupéry argentino. Soñar poco cuesta. No estoy en medio de una guerra; sí en un mundo complejo, que nos desafía cada día. La desigualdad económica, la inseguridad, la pelea del día a día serán mi combustible para continuar el vuelo del joven príncipe que nunca dejó de surcar los aires.
Christian G. Carollo
@elpilotoqueescribe
16/03/25